0%
Still working...

Nodrizas: las trabajadoras biológicas del hambre

imagen del hospicio real de Asturias_el-comercio

Originalmente publicado de forma virtual en la revista Codice (2022). Colaboración en el XIV Congreso virtual sobre Historia de las Mujeres (del 15 al 31 de octubre de 2022)

El documento aborda la evolución de la atención a los niños abandonados en España, desde las instituciones de caridad privadas y eclesiásticas hasta la creación de los Hospicios Provinciales. Se centra especialmente en el papel crucial de las nodrizas como «trabajadoras biológicas» en la supervivencia de estos niños, distinguiéndolas según su estatus social y las condiciones de su labor. La autora desmitifica la percepción de las nodrizas de orfanatos como meras «mercenarias», resaltando la complejidad de su trabajo y las implicaciones sociales y afectivas que conllevaba en un contexto de extrema pobreza y necesidad.

El abandono infantil, inicialmente percibido como un fenómeno «natural» en una sociedad de subsistencia, empezó a generar preocupación en el siglo XVIII debido a razones humanitarias y el descenso poblacional. Esto llevó a la intervención del Estado en la asistencia social y al establecimiento de la red de Hospicios Provinciales en España. Dentro de estos, las nodrizas desempeñaron un papel vital, ya que la leche humana era el único sustento para los lactantes antes del siglo XX. Se diferenciaban las nodrizas domésticas de clases acomodadas, con mejor salario y privilegios, de las nodrizas de orfanatos, que provenían de estratos bajos y a menudo eran estigmatizadas.

Las nodrizas de los hospicios, para hacerse cargo de un niño, necesitaban un certificado de salud y conducta de su párroco y recibían una retribución anual. Podían ser internas o externas, y se estima que, en el siglo XIX, unas 30.000 mujeres se dedicaban a esta labor en España. La supervivencia de los lactantes era mayor cuando eran confiados a nodrizas externas. Sin embargo, la distancia del hospicio implicaba riesgos, como el posible descuido o enfermedad de las nodrizas. La crónica falta de recursos de los hospicios causaba retrasos en los pagos a las nodrizas, lo que ponía en riesgo tanto a la institución como a los propios niños expósitos, que podían perecer por la imposibilidad de ser admitidos.

Con el avance del siglo XX, la creciente concienciación sobre la mortalidad infantil impulsó la creación de Casas Cuna en ubicaciones periféricas para reducir las muertes durante el traslado de los niños a los grandes hospicios. A pesar de los esfuerzos, la alta mortalidad seguía siendo un problema. Figuras como Concepción Arenal abogaron por cambios legislativos que reconocieran las necesidades específicas de la infancia y denunciaron la falta de nodrizas y el uso de biberones, que se asociaba con una altísima mortalidad. Se implementaron medidas como la reducción del número de lactantes por nodriza y la prolongación de la lactancia, buscando mejorar las condiciones y la supervivencia de los niños.

Puntos destacados:

  • El abandono infantil fue un problema persistente, influenciado por hambrunas, epidemias y desastres naturales.
  • La Iglesia jugó un papel inicial fundamental en la atención a huérfanos y en la fundación de inclusas.
  • En el siglo XVIII, la preocupación por el abandono infantil creció, llevando al Estado a asumir la responsabilidad de los más vulnerables y a crear los Hospicios Provinciales.
  • Las nodrizas eran esenciales para la supervivencia de los lactantes en los hospicios, ya que la leche humana era el único alimento disponible.
  • Existía una marcada diferencia entre las nodrizas de la burguesía (con privilegios y mejor salario) y las nodrizas de orfanatos (procedentes de estratos bajos y a menudo estigmatizadas).
  • Las nodrizas de los pobres debían presentar certificados de salud y conducta, y se enfrentaban a contradicciones sociales si los clérigos se negaban a su labor.
  • La mortalidad de los niños en los traslados a los hospicios era muy alta, lo que llevó a la creación de Casas Cuna periféricas.
  • Los hospicios sufrieron una crónica falta de recursos, lo que resultaba en retrasos de pagos a las nodrizas y ponía en riesgo la vida de los expósitos.
  • A principios del siglo XX, se promovieron reformas legislativas y se denunciaron las malas prácticas en la alimentación de los niños, buscando mejorar las condiciones y reducir la mortalidad infantil.
  • La autora concluye que las nodrizas, lejos de ser meras mercenarias, realizaban un trabajo social y biológico esencial, con profundas implicaciones afectivas, en un contexto de vulnerabilidad compartida.
  • A pesar de sus limitaciones, los hospicios y las nodrizas ofrecieron una oportunidad de supervivencia para muchos niños abandonados.

Accede al documento completo aquí

Leave A Comment

Related Posts